Los hombres del gym miran, pero solo tú puedes activar tus sentidos saboreando las bragas que entrenan conmigo. Disfrútalas imaginándote entrenando sobre mi.
No hay nada más fogoso que el roce de la tela que acaricia mi piel durante toda mi jornada, impregnando lenta y sutilmente mi aroma más prohibido. ¿Lo quieres para tí?